Las clases de música para nuestro bebé: los recuerdos y la familia

Las familias suelen descartan las clases de educación musical temprana y tomar en consideración esta formación con el resto de actividades extraescolares, generalmente a partir de los 5-6 años como pronto.

Esto supone dos inconvenientes:
- dejar unos años formativos excelentes para crear unas buenas experiencias ligadas a la adquisición de conocimientos y una base sobre la que construir en el futuro.
- sobrecargar la carga lectiva del niñ@, en muchas ocasiones sin una preparación previa.

Es muy frecuente encontrar afirmaciones como "total, el niñ@ ni se va acordar". Llegados a este punto siempre recuerdo que el aprendizaje empieza en la gestación y continúa desde el primer día de vida, no se "despierta" de repende cuando el niño empieza a ir a al colegio.

De hecho se ha demostrado que estos primeros años de vida son definitivos en el desarrollo de muchas habilidades y actitudes. Y tenemos el mejor ejemplo en el habla... ¿a alguién se le ocurriría no hablar a un bebé porque "total, el niño ni se va acordar"?.
Al igual que los niñ@s aprenden a hablar escuchando, también puede interiorizar, aprender, reconocer y expresarse a través de la música desde el primer día desde el nacimiento.


Y a demás no nos olvidemos de nosotros, los padres y madres que les acompañamos en la actividad. Nosotros vivimos momentos emocionantes e inolvidables. Vemos sus primeros pasos al ritmo de la música, sus graciosas imitaciones de sonidos, sus primeras interpretaciones con instrumentos... y os puedo asegurar que son recuerdos que no se olvidan!
Es un tiempo de calidad que pasamos con nuestros hijos, y no sólo eso, que revivimos en casa, ya que os proporcionamos desde el primer día toda la música de las sesiones para escuchar en casa.

De esta manera también toda la familia se ve beneficiada. Generamos experiencias positivas gracias a la música y a demás seguimos desarrollando todas esas habilidades que los bebés están tan ansiosos por perfeccionar de manera musical y creativa.

Las clases pues no sólo forman a los bebes, sino también a las madres y padres que vienen, dotándoles de recursos e ideas nuevas para hacer de la educación en casa una experiencia imaginativa, positiva, dinámica, activa y participativa. 

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