Y una semilla necesita tiempo y la estimulación adecuada... y ser plantada desde el primer día para que se desarrolle.
Al igual que una semilla, un niñ@ necesita estímulos adecuados desde el primer día de nacimiento; necesita que seamos perseverantes, que tengamos paciencia y energía. Todos sabemos que para desarrollar la habilidad de hablar, un niño escucha e intenta hablar todos los días... y cualquier niño sano dominará su lengua materna!.
Pues bien, cualquier otra habilidad puede ser dominada siguiendo este método. Porque la gran energía vital que tienen todos los niños, si la estimulamos y encauzamos, si la desarrollamos en una habilidad, abrimos una puerta a generar nuevas habilidades.
Imaginad que no hubiéseis hablado y cantado a vuestro bebé, imaginad que no hubiéseis alentado sus primeras palabras. No sólo no hubiese aprendido a hablar; tampoco hubiese sido capaz de generar nuevas habilidades como comunicarse con los demás, leer o escribir.

El resultado es emocionante;
- son pequeñas personas capaces de llevar a cabo lo que se proponen porque han engendrado esa habilidad,
- son generosas y respetuosas, porque les hemos estimulado en la participación, la escucha y el respeto
- son capaces de hacer música. Conocen de memoria y pueden llegar a tocar unas 40 obras con el violín

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