¿Cómo funciona nuestro cerebro con la música?

En el marco de las conferencias de TED, Anita Collins presenta este vídeo sobre cómo funciona nuestro cerebro cuando escuchamos música o tocamos un instrumento.


Hoy en día las Resonancias Magnéticas o las Tomografías por emisión de positrones nos permiten monitorizar el cerebro en tiempo real. Gracias a ellas se ha demostrado que el cerebro utiliza áreas especializadas para el desarrollo y resolución de cada tarea (el habla, los problemas matemáticos....).


Sin embargo cuando vemos el cerebro de una persona mientras escucha música observamos múltiples áreas funcionando a la vez. Esto se debe a que el cerebro al escuchar música procesa simultáneamente y de forma asombrosamente rápida informaciones en secuencias complejas e interrelacionadas. Estos datos los unificará con el objetivo de crear una experiencia musical única.


Esta actividad cerebral se ve intensificada cuando se toca un instrumento, siendo equiparable a la intensidad requerida para realizar un entrenamiento físico exigente. Tocar un instrumento involucra a casi todas las áreas del cerebro a la vez, especialmente el cortex visual, auditivo y motor. La práctica regular que requieren los instrumentos musicales fortalece estas funciones cerebrales, lo que revierte positivamente en muchas otras actividades.

Tocar un instrumento implica el desarrollo específico de habilidades motoras que requieren la utilización de los dos hemisferios cerebrales; necesitamos la matemática del hemisferio izquierdo con la capacidad creativa del derecho. Se ha demostrado que el tocar un instrumento aumenta el volumen y la actividad del corpus callosum del cerebro, que es el puente de comunicación entre los dos hemisferios, permitiendo que la información se tramita a través del cerebro de manera más rápida y a traves de más posibles rutas. Esto se refleja en una resolución de problemas más creativa y rápida utilizando conocimientos muy diversos.

Tocar música implica crear y comprender su mensaje y contenido emocional, y ello se refleja en:
  • una mayor capacidad de resolución en tareas que implican la interrelación
  • una mejor planificación, la estrategia y atención a los detalles
  • una mayor capacidad de memorización (creación, registro y recuperación de información), tanto de velocidad como de eficiencia.

¿Y cómo sabemos que todos estos beneficios son exclusivos de la música?
Porque los aspectos técnicos, artísticos y estéticos que implica aprender a tocar un instrumento son totalmente diferentes a los implicados en otras disciplinas, incluidas otras artes.

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